EL ARTE DE LA MANIPULACIÓN LLEGA A SU CIMA. Desde mi celda pienso en ella, en Bettý, tan bella, tan libre... Se me acercó en aquel congreso para decirme cuánto le había gustado mi conferencia. ¿Quién se habría resistido? ¿Y luego? ¿Qué pasó? No quería ese trabajo ni esa relación. Debería haber detectado las señales de peligro. Debería haber entendido mucho antes lo que pasaba. Debería, debería, debería... Recuerdo toda nuestra historia desde la primera mirada y descubro lentamente cómo mi culpabilidad parece indiscutible, pero sé que no soy culpable.
Un hombre anciano es encontrado muerto en su departamento. Ciertos indicios y recuerdos llevan a Konrad, ya retirado de la policía, a investigar la relación entre su muerte y algunos hechos ocurridos durante la Segunda Guerra Mundial.
Así transcurre esta historia en dos tiempos, un modo que parece gustarle al autor, que por momentos me generó un poco de confusión por ciertos paralelos.
Otra correcta novela de Indridason, propicia para quienes son sus seguidores, y para quienes quieren iniciarse con la literatura policial ambientada en Islandia.