El desierto

Laura fue la jueza más joven del país, en Pampa Hundida, en el norte de Chile, cuando el Golpe en Estado de Pinochet (1973); veinte años después, académica de Filosofía, es cuestionada por su hija Claudia: “¿Dónde estabas cuando ocurrían esas terribles cosas?”. Una carta y su vuelta al pueblo y al cargo pretenden ser una respuesta: cuesta encontrar las palabras para describir lo vivido. La historia se va impregnando con los conceptos antagónicos de Apolo y Dionisos; la Ley y el Poder; la Razón y el arraigo sincrético milenario. Aparecen los personajes de Mario, ex - marido y periodista decadente; el Mayor Mariano Cáceres Latorre, el caporal Mamani, el Padre Penna, el Dr. Ordóñez, el joven abogado, el tonto Iván. En el desierto no siempre lo ideal, lo nuevo, lo inocente es capaz de dar cuenta del mundo; avanzar en un conocimiento es asomarse al abismo, escuchar cosas que tal vez no deberían haberse oído. La novela es muy buena, reveladora y capaz de poner en palabras cuestiones humanas muy complejas. Alternan los capítulos con la carta de Laura, y su llegada a Pampa Hundida. Por momentos se hace larga, angustiante, como un desierto. El final tal vez es excesivamente racional, apolíneo, como oposición a los finales dionisíacos de Las Ménades (Cortázar) o las obras de Osvaldo Soriano