Está encerrado, su vida corre peligro. Y piensa, narra. Narra sus pensamientos, sus miedos, sus tímidos deseos. Sus recuerdos, sus ideas, sus opiniones.
Trata de mantener la esperanza, de no flaquear; no es un hombre valiente, ni tampoco un hombre virtuoso, salvo con las palabras. Y espera.
La religiosidad y sencillez de su madre, criada en el nomadismo del Sahara; el antepasado, campeón de la Fe. Los celosos celadores de la Fe y el deber. El amor y el placer, el dinero, a veces tan escaso, y otras tan accesible y tentador.
"...yo, madre, soy un tipo de lo m&... continue