Esperando a los barbaros

El magistrado de un pueblo de provincias, asiste a un crescendo de desconfianza y violencia de los militares del Imperio, convencidos, o necesitando creer, de una inminente ofensiva de las bárbaros. Una excelente novela, que permite percibir, en la figura de las víctimas, la manera sutil en que una expectativa (espontánea o creada) es capaz de incidir en las acciones. Los imperios interrumpen la evolución cíclica, natural de la vida, para convertirla en dos ciclos: apogeo y caída. “Los hombres levantan polvareda, de la que después se quejan”. Una obra maestra, lúcida, sutil, conmovedora y un poco fatalista.