Aji picante

Es 1970, y en el orfanato de las afueras de Pointe-Noire, donde creció el joven Moisés, la revolución no ha hecho más que reforzar el reinado de terror de Dieudonné Ngoulmoumako, el corrupto director de la institución. Así, Moisés escapa a Pointe-Noire, donde encuentra un hogar con una banda ladrona de alegres hombres congoleños y entre las prostitutas zairenses del barrio de Trois-Cents. Pero las autoridades no dejarán en paz a Moses e intervendrán para expulsar de la ciudad tanto a los Merry Men como a las Trois-Cents. Toda esta injusticia lleva al pobre Moisés al límite. ¿Podría ser realmente el Robin Hood del Congo? ¿O simplemente está perdiendo los estribos? Black Moses es una historia cómica gigantesca sobre un joven obsesionado con ayudar a los indefensos en un mundo injusto. También es una nueva extensión vital del extraordinario e interconectado trabajo de Mabanckou dedicado a su Congo natal, y confirma su estatus como uno de nuestros grandes narradores.

Las aventuras y desventuras del pícaro Ají Picante (o Petit Piment), cuyo nombre de pila es demasiado largo, y que podríamos simplificar como Moisés. No estoy seguro si catalogar este libro como novela, ya que se percibe una importante falta de estructura; no porque sea experimental; se parece más, tal vez intencionalmente, a el relato de las historias de Robin Hood. Ají Picante se cría en un orfanato en las afueras de Pointe Noire, la ciudad portuaria de Congo; regenteado originalmente por religiosos. La Revolución los sustituye por burócratas, que se manejan con desidia, arbitrariedad y nepotismo familiar y tribal. En algún momento surge la tentación de la huida, de ir a la gran ciudad, donde se las rebusca, como parte de una pandilla, para sobrevivir; pero se puede percibir en Ají Picante un espíritu inocente, bondadoso, que genera dudas sobre su supervivencia en un medio tan inhóspito. Hasta que el azar la presenta una alternativa: “En uno de esos momentos de vagar sin rumbo, fui a parar al barrio Trois-Cents, donde conocí a una mujer que me iba a cambiar la vida. Para bien y para mal. Todo depende de cómo vea uno las cosas.” La historia está contada con un estilo liviano, evitando dramatizaciones y truculencias, y contiene pequeñas historias muy entretenidas e interesantes, que de alguna manera van construyendo una radiografía social muy valiosa. Un buen libro. 3,5 estrellas. Aclaración: La ubicación de la novela en “el Congo” puede traer cierta confusión, ya que existen dos países con el mismo nombre: la República del Congo (entre 1970-1991: "República Popular del Congo"), al norte, cuya capital es Brazzaville, y que fuera, en la era colonial, el Congo Francés; y la República Democrática del Congo (el agregado de “Democrática” suele implicar lo contrario de lo que dice), al sur, cuya capital es Kinsasa (separada de Brazzaville por el Río Congo), que fuera el Congo Belga (donde ocurrieran las máximas atrocidades, de la mano del Rey Leopoldo II), y que al inicio de su independencia se denominó Zaire. La novela transcurre en la República del Congo (la del norte), específicamente en la ciudad portuaria de Pointe Noire, de donde proviene el autor. De todos modos, según los que pude percibir en la novela El antipueblo (Sony Labou Tansi), son dos países con la misma lengua y con muchos vínculos, en particular entre sus capitales, las ciudades gemelas de Brazzaville y Kinsasa.